Escuelas resilientes y supervivencia en Japón. Lecciones del tsunami.

Texto y fotografías de Carmen Grau Vila

Escuelas resilientes y supervivencia en Japón. Lecciones del tsunami.

Texto y fotografías de Carmen Grau Vila

Situado en el cinturón de fuego del Pacífico sobre cuatro placas tectónicas, Japón ha registrado a lo largo de la historia numerosos desastres con miles de pérdidas en vidas: terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, incendios, tifones o fuertes lluvias. El último gran desastre acontecido el 11 de marzo de 2011 asoló la costa de la región de Tohoku al noreste del país y dejó más de 15.000 víctimas. Sin embargo, podrían haber sido más. En mitad de la emergencia la población y las escuelas actuaron. ¿Cómo se gestionó un tsunami sin precedentes desde los centros escolares y qué lecciones se pueden extraer? La formación en prevención, una rápida evacuación, la supervivencia en los refugios y la transmisión de la experiencia a las nuevas generaciones son las claves de la gestión del desastre en el archipiélago asiático.

 

Situado en el cinturón de fuego del Pacífico sobre cuatro placas tectónicas, Japón ha registrado a lo largo de la historia numerosos desastres con miles de pérdidas en vidas: terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, incendios, tifones o fuertes lluvias. El último gran desastre acontecido el 11 de marzo de 2011 asoló la costa de la región de Tohoku al noreste del país y dejó más de 15.000 víctimas. Sin embargo, podrían haber sido más. En mitad de la emergencia la población y las escuelas actuaron. ¿Cómo se gestionó un tsunami sin precedentes desde los centros escolares y qué lecciones se pueden extraer? La formación en prevención, una rápida evacuación, la supervivencia en los refugios y la transmisión de la experiencia a las nuevas generaciones son las claves de la gestión del desastre en el archipiélago asiático.

I. FORMACIÓN EN PREVENCIÓN DE DESASTRES

1.1. En Japón la formación en prevención comienza en edad infantil. A partir de los tres años las guarderías realizan mensualmente simulacros de desastre y evacuación. Cada niño cuenta con un cojín de emergencias en el aula denominado Bosai Zukin. En caso de terremoto se protegerán la cabeza y evacuarán ordenadamente del centro de acuerdo a las instrucciones del profesorado. Teo, de seis años, está en mitad de un simulacro de incendio en el patio de su guardería.

1.2 Los centros escolares cuentan con material didáctico y libros ilustrados para enseñar a los más pequeños a actuar en caso de desastre: buscar puntos seguros durante un terremoto, cómo evacuar y adónde o diferenciar los tipos de emergencia

1.3. 1.4. En 2005 nació el Marco de Acción de Hyogo: Aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres (2005-2015), una herramienta de las Naciones Unidas de fuerte influencia japonesa. Japón considera que la clave de una cultura preventiva descansa en dos áreas prioritarias: la educación en riesgo de desastres y la seguridad de los edificios escolares. En 2011 las escuelas japonesas resistieron al fuerte terremoto de magnitud 9 en la escala de Ritcher. Además, los edificios escolares se convierten en refugio de toda la comunidad en caso de emergencia.

1.5. La formación en prevención se complementa con actividades extraescolares en etapas posteriores. Los alumnos de secundaria viajan a otros puntos del país para conocer las experiencias del desastre en museos de transmisión de la memoria. Un grupo de estudiantes visita el nuevo Miyagi 3.11 Tsunami Disaster Memorial Museum en la ciudad de Ishinomaki, un espacio inaugurado en 2020 para difundir las lecciones del tsunami.

1.6. Los supervivientes también se implican en la mejora continua de la prevención. Tras sobrevivir al tsunami de 2011, Honoka Shino narra su experiencia. Aquel día tenía 12 años y estaba en el último curso de la Escuela Primaria de Nobiru (Higashi-Matsushima, Miyagi). El terremoto la sorprendió a las 14.46 a la salida y a punto de regresar a su hogar a pie de playa, pero dio media vuelta y se refugió junto a los demás niños en la escuela. A los pocos minutos los responsables del centro les guiaron al gimnasio, anexo al edificio y de una sola planta. Esta decisión derivó en más de una decena de muertes cuando el tsunami golpeó la escuela, a escasos metros del mar. Honoka fue testigo de la llegada del agua y el fallecimiento de los vecinos. La ola alcanzó el gimnasio y ella se encaramó, junto a su mejor amiga, a una galería elevada que les salvó la vida a ambas y a otros niños que lograron escapar a tiempo a este pequeño espacio. Permanecieron a oscuras, aterrados, helados de frío y sin poder moverse durante horas hasta bien entrada la noche. Fueron rescatados por un bombero local, padre de un alumno, quien logró sacar por la ventana a los supervivientes. Desde entonces cuenta su experiencia para alertar de la importancia de ponderar el riesgo y la toma de decisiones durante un desastre.

1.1. En Japón la formación en prevención comienza en edad infantil. A partir de los tres años las guarderías realizan mensualmente simulacros de desastre y evacuación. Cada niño cuenta con un cojín de emergencias en el aula denominado Bosai Zukin. En caso de terremoto se protegerán la cabeza y evacuarán ordenadamente del centro de acuerdo a las instrucciones del profesorado. Teo, de seis años, está en mitad de un simulacro de incendio en el patio de su guardería.

1.2. Los centros escolares cuentan con material didáctico y libros ilustrados para enseñar a los más pequeños a actuar en caso de desastre: buscar puntos seguros durante un terremoto, cómo evacuar y adónde o diferenciar los tipos de emergencia.

1.3. 1.4. En 2005 nació el Marco de Acción de Hyogo: Aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres (2005-2015), una herramienta de las Naciones Unidas de fuerte influencia japonesa. Japón considera que la clave de una cultura preventiva descansa en dos áreas prioritarias: la educación en riesgo de desastres y la seguridad de los edificios escolares. En 2011 las escuelas japonesas resistieron al fuerte terremoto de magnitud 9 en la escala de Ritcher. Además, los edificios escolares se convierten en refugio de toda la comunidad en caso de emergencia.

1.5. La formación en prevención se complementa con actividades extraescolares en etapas posteriores. Los alumnos de secundaria viajan a otros puntos del país para conocer las experiencias del desastre en museos de transmisión de la memoria. En la imagen, un grupo de estudiantes visita el nuevo Miyagi 3.11 Tsunami Disaster Memorial Museum en la ciudad de Ishinomaki, un espacio inaugurado en 2020 para difundir las lecciones del tsunami.

1.6. Los supervivientes también se implican en la mejora continua de la prevención. Tras sobrevivir al tsunami de 2011, Honoka Shino narra su experiencia. Aquel día tenía 12 años y estaba en el último curso de la Escuela Primaria de Nobiru (Higashi-Matsushima, Miyagi). El terremoto la sorprendió a las 14.46 a la salida y a punto de regresar a su hogar a pie de playa, pero dio media vuelta y se refugió junto a los demás niños en la escuela. A los pocos minutos los responsables del centro les guiaron al gimnasio, anexo al edificio y de una sola planta. Esta decisión derivó en más de una decena de muertes cuando el tsunami golpeó la escuela, a escasos metros del mar. Honoka fue testigo de la llegada del agua y el fallecimiento de los vecinos. La ola alcanzó el gimnasio y ella se encaramó, junto a su mejor amiga, a una galería elevada que les salvó la vida a ambas y a otros niños que lograron escapar a tiempo a este pequeño espacio. Permanecieron a oscuras, aterrados, helados de frío y sin poder moverse durante horas hasta bien entrada la noche. Fueron rescatados por un bombero local, padre de un alumno, quien logró sacar por la ventana a los supervivientes. Desde entonces cuenta su experiencia para alertar de la importancia de ponderar el riesgo y la toma de decisiones durante un desastre.

 

 

 

 

II. LA ESCUELA RESPONDE A LA EMERGENCIA

Cada escuela y comunidad no tuvo más opción que responder sola al gran terremoto en cuestión de minutos. No todas las escuelas pudieron salvar vidas. En la Escuela Primaria de Onagawa (Miyagi) fallecieron 73 niños y 19 profesores que se encontraban reunidos en el exterior del centro esperando instrucciones. Tras 50 minutos, cuando finalmente el numeroso grupo se puso en marcha para evacuar hacia una colina aledaña, fueron sorprendidos por el tsunami. Solo sobrevivieron cinco niños y un profesor. La mala ubicación de la escuela, la espera y los errores en la toma de decisiones fueron factores que agravaron el impacto del desastre y desencadenaron el mayor número de niños en edad escolar fallecidos en el tsunami de 2011.

2.1. Otras escuelas sí lograron minimizar el impacto. La decisión en el último momento de evacuar a todos los niños y vecinos del pueblo hasta la tercera y cuarta planta de la escuela y no al gimnasio salvó 320 vidas en la Escuela Primaria de Arahama (Sendai).

2.2. El equipo directivo y varios vecinos al mando de la gestión pudieron seguir por radio las alertas de tsunami y actuaron de acuerdo a su criterio conforme aumentaban los avisos respecto a los metros que podía alcanzar el agua. El reloj roto de la escuela muestra la hora a la que el tsunami llegó e impactó en las dos primeras plantas. Todos sobrevivieron.

2.3. Los niños y vecinos evacuados pudieron acceder a la azotea y de allí fueron rescatados por las Fuerzas de Autodefensa niponas en helicóptero. La operación duró toda la noche.

2.4. 2.5. El pueblo de Arahama desapareció por completo bajo las aguas y el único edificio que quedó en pie fue la escuela dañada. Es una de las localidades afectadas que no ha sido reconstruida, pero el edificio escolar permanece a modo de recordatorio del desastre. Su interior ha sido remodelado y cuenta la gestión exitosa que salvó a todos los niños y otras vidas de la comunidad. Renombrado como Tsunami Ruins of Arahama Elementary School exhibe estas experiencias para todos los ciudadanos.

 

III. SUPERVIVENCIA Y REFUGIO EN LA ESCUELA

Al momento de la emergencia la escuela japonesa se convierte en centro de evacuación y la población acude a refugiarse. ¿Cómo se organizó y priorizó la supervivencia? Liderazgo y una comunidad unida son fundamentales para un buen desenlace.

3.1. y 3.2. La Escuela Primaria de Kirikiri, un pequeño pueblo pesquero de 1.800 habitantes en la prefectura de Iwate, se encuentra situada en lo alto de una colina a escasos metros del mar. Tras el terremoto la escuela reunió a 400 vecinos de todas las edades, incluyendo 60 niños de primaria y 30 de secundaria, adultos, personas mayores y algunos enfermos. Muchos perdieron sus casas. Las condiciones de evacuación fueron muy complejas: El tsunami dejó sin electricidad y agua a la población. La comunidad, rodeada de montañas, quedó totalmente incomunicada por carretera. Las poblaciones vecinas también se encontraban en una grave situación por la magnitud del daño.

3.3. y 3.4. Totalmente a oscuras, sin acceso a agua y con temperaturas bajo cero, los vecinos mayores asumieron el liderazgo sin dudarlo. Sabían que la ayuda tardaría por lo que priorizaron la supervivencia. El gimnasio se convirtió en un gran dormitorio. La piscina, ubicada en la azotea, les permitió disponer de agua. La biblioteca acogió los juegos de los más pequeños.

 

 

 

3.5. y 3.6. Masae Maekawa, enfermera jubilada y a la izquierda en la imagen, se encargó de velar por los enfermos en la sala de tatami y también de ayudar a disponer de los fallecidos en el exterior. La pescadora Sachiko Azumaya (derecha), racionó en la cocina de la escuela los únicos 30 kg de arroz almacenados en el santuario del pueblo para que nadie se quedase sin comer

3.7. Toshiaki Fujimoto, sacerdote sintoísta del templo Amaterasu Mioya, fue otro de los líderes que contribuyó a la exitosa gestión en esta escuela. Kirikiri recibió los primeros auxilios (alimentos y agua) cuatro días más tarde de las Fuerzas de Autodefensa en helicóptero.

3.8. Durante tres meses la escuela fue refugio de la comunidad y, de acuerdo a estos líderes, se trabajó duro para recuperarse. Posteriormente habilitaron otro edificio para los evacuados con el fin de que los niños pudiesen retomar las clases. El país prioriza la educación y la continuidad de las clases sean cuales sean las circunstancias.

3.9. Los primeros voluntarios, ciudadanos de otros puntos del país, accedieron tres semanas después del evento para ayudar en las tareas de desescombro y limpieza, la primera acción antes de poder emprender la reconstrucción. Hoy, un memorial por las víctimas recuerda el desastre y la importancia de evacuar a tiempo.

IV. TRANSMISIÓN DE LA EXPERIENCIA

En la ciudad de Kesennuma (prefectura de Miyagi) un antiguo instituto gravemente dañado por el tsunami se ha convertido en centro de aprendizaje y transmisión de la experiencia junto a las generaciones más jóvenes.

 

4.1. 4.2. 4.3.  El Instituto Koyo estaba ubicado a tan solo 150 metros del Océano Pacífico y a 1 metro del nivel del mar. Aquel día se encontraban en sus instalaciones 250 personas, entre alumnos, profesorado y obreros que realizaban remodelaciones. El tsunami alcanzó 13 metros, pero todos salvaron la vida gracias a la rápida evacuación. El lugar se ha convertido en un espacio de aprendizaje denominado Ruins of the Great East Japan Earthquake Kesennuma City Memorial Museum. Visitado por escolares para reforzar la prevención ciudadana, las aulas muestran la destrucción y fuerza del agua

4.4. 4.5. En el exterior también puede observarse la magnitud del daño: coches, casas y hierros arrastrados en cuestión de segundos.

4.6. 4.7. El nuevo instituto ha sido reubicado en otro punto de la ciudad alejado de la costa, pero la memoria del desastre sigue presente en el antiguo y dañado edificio. Reconvertido en un espacio museo, muestra cómo era la vida escolar antes del tsunami para que no se olvide la importancia de prevenir y proteger a las futuras generaciones.

 

4.8 4.9 4.10. El espacio invita a los visitantes a escribir sus sensaciones y reflexiones en torno al desastre. La pared blanca se va cubriendo de comentarios. En un rincón al fondo de la sala se ha habilitado una Biblioteca Bosai con libros y material para trabajar la prevención. También se muestran los artículos de emergencia a tomar en cuenta en caso de desastre o evacuación.

4.11 4.12. 4.13. En este museo del desastre los guías son los propios estudiantes de secundaria. Treinta alumnos voluntarios de 12 a 18 años son formados y se encargan de narrar la experiencia al visitante. Es una iniciativa pionera en la región que permite involucrar a las nuevas generaciones en la prevención de desastres y al mismo tiempo garantizar la preservación de la memoria. Quieren enseñar la experiencia a sus familias y hermanos pequeños. Algunos se sienten motivados al formar parte de la comunidad y les gusta sentirse escuchados por los visitantes. La actividad tiene como objetivo proteger vidas y entender los riesgos ante cualquier tipo de desastre.

 

Las fotos 4.11, 4.12 y 4.13 han sido cedidas por Ruins of the Great East Japan Earthquake Kesennuma City Memorial Museum.

 

4.14

4.14. De izquierda a derecha Mio Fukuoka (11 años), Mizuki Sato (18) y Kao Iwatsuki (16). Las tres son guías en este espacio. Han sido formadas como narradoras del desastre. Entrevistadas en noviembre de 2021 por la investigadora (centro) cada una expresó unos motivos para enrolarse: “Aquel día yo tenía 5 años y estaba en la guardería. Soy la generación más joven que ha experimentado y recuerda este desastre, por lo que quiero transmitirlo para que no se olvide” (Kao). “Yo tenía 7 años y estaba regresando sola de la escuela. Corrí hacia mi casa, pero un vecino me alertó para que huyese. No había adultos conmigo en ese momento y si no hubiese sido por ese vecino quizá yo no estaría ahora aquí. Ser guía es muy divertido. He viajado a otras partes de Japón a transmitir la experiencia.” (Mizuki)

V. MEMORIA Y REPRESENTACIÓN DEL DESASTRE

Gran parte de las poblaciones, infraestructuras y vías dañadas a lo largo de la costa de Tohoku han sido reconstruidas durante la última década. En este proceso, la memoria y representación del desastre son un elemento local más de la cultura preventiva. No olvidar y proteger a las futuras generaciones son los objetivos de Japón, un país que convive con el desastre.

 

 

5.1. Las ruinas de la Escuela Primaria Kadonowaki en la ciudad de Ishinomaki siguen en pie como recordatorio de la magnitud del desastre a las próximas generaciones.

5.2. 5.3. 5.4. 5.5. Las autoridades han construido espacios y museos de la memoria para reforzar la transmisión de enseñanzas preventivas a la población. El Iwate Tsunami Memorial Museum, ubicado en la explanada de la ciudad de Rikuzentakata, narra el desastre desde varios enfoques. En el exterior, el Takatamatsubara Memorial Park es un parque abierto al Pacífico que rinde solemne tributo a las víctimas, recuerda la magnitud del daño con estructuras derrumbadas y deja un resquicio a la esperanza custodiando el “pino del milagro”, el único árbol del área que sobrevivió al tsunami.

 

5.5

Créditos y referencias

Imágenes y texto: Carmen Grau Vila, periodista e investigadora adjunta del Institute of Sustainable Community and Risk Management de la Universidad de Waseda y la Universidad de Senshu. Doctoranda en la Universidad Complutense de Madrid. 

Las fotografías, testimonios y datos presentados fueron recopilados durante el trabajo de campo realizado en Tohoku entre octubre de 2020 y noviembre de 2022 como parte de la tesis doctoral de la autora sobre la historia de los desastres en Japón.